En un contexto de crecientes regulaciones ambientales y crecientes presiones económicas, la cadena de suministro ya no puede basarse en conjeturas. Los datos se han convertido en un activo estratégico, tan valioso como el propio producto. Sin embargo, muchas empresas aún tienen dificultades para garantizar la fiabilidad de su información, lo que dificulta su capacidad para optimizar sus costes logísticos, cumplir con las normas o incluso beneficiarse de evidentes ventajas competitivas.
El primer paso es digitalizar la cadena de suministro y unificar las fuentes de datos. Con demasiada frecuencia, la información se dispersa en diferentes sistemas ( ERP, software de gestión logística, plataformas de compras ) , lo que genera duplicados e inconsistencias. Al centralizar estos flujos de información, la empresa gana no solo en fiabilidad, sino también en velocidad de procesamiento. Los datos se pueden utilizar en tiempo real, lo que transforma radicalmente la forma de gestionar el rendimiento operativo y anticiparse a las necesidades del mercado.
Pero la centralización no basta: también hay que garantizar la calidad de la información.
Implementar sistemas automatizados de recopilación y verificación de datos es esencial. Las comprobaciones de consistencia, las alertas de anomalías y la validación cruzada entre múltiples fuentes ayudan a prevenir errores y a proteger los datos. Sin este trabajo, algunas organizaciones pierden oportunidades concretas: por ejemplo, las empresas renuncian a solicitar ecomodulaciones por falta de datos fiables. Esta deficiencia claramente el valor económico de la fiabilidad y la necesidad de invertir en la auditabilidad de los procesos .
Más allá del cumplimiento normativo, los datos abren el camino a nuevas palancas económicas. La trazabilidad, percibida durante mucho tiempo como una limitación administrativa, se está convirtiendo en una herramienta poderosa para la productividad y la optimización logística. Al proporcionar una visibilidad completa de los flujos, facilita la gestión de costes, mejora la gestión del inventario y permite una gestión más precisa del flujo de caja.
El ejemplo de Chantelle es revelador: gracias a una cadena de suministro perfectamente controlada y a una trazabilidad mejorada, la empresa logra suavizar sus salidas de tesorería y asegurar su crecimiento en un sector altamente competitivo.
Para lograr esta transformación con éxito, algunos factores clave parecen esenciales. En primer lugar, los datos deben situarse en el centro de la estrategia empresarial, integrándolos desde el inicio del diseño del proyecto. La recopilación y verificación de datos deben integrarse de forma natural en los procesos diarios y no considerarse una limitación adicional. Los indicadores concretos también desempeñan un papel crucial para convencer a los responsables de la toma de decisiones: fiabilidad de los datos contables, reducción de la tasa de errores en la facturación y mejora de los plazos de cumplimiento normativo.
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En última instancia, el éxito depende de esfuerzos colaborativos que involucren no solo a la alta dirección, sino también a proveedores, socios tecnológicos y expertos externos. Es esta amplia colaboración la que garantiza una cadena de valor coherente, sostenible y resiliente.
En definitiva, garantizar datos fiables ya no es una opción, sino una condición para la supervivencia en un mercado globalizado. Las empresas capaces de basar su estrategia en información precisa, auditable y compartida están tomando la delantera: ganan competitividad, reducen sus riesgos financieros y abren nuevas perspectivas de crecimiento sostenible, a la vez que fortalecen la transparencia y la confianza con sus grupos de interés.